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miércoles, 29 de agosto de 2012

martes, 28 de agosto de 2012

Capítulo 5.


¿Qué es la oscuridad? ¿Es un vacio? ¿Es algo lleno de color negro? Igual es algo completamente distinto de lo que nos imaginamos, pero… ¿Tenemos todos el mismo concepto de oscuridad?
Cuando estamos en lugar cerrado, por más remoto que sea, siempre hay un destello de luz, así  que no es oscuridad. La oscuridad es cuando al cerrar los ojos sentimos que vemos la nada. A veces ese vacío es el que más te ayuda, porque en tu propia imaginación es el único lugar donde podrás estar solo para siempre.

-¡Klara!-una voz interrumpió mis pensamientos. Estaba medio dormida sobre los incómodos asientos de urgencias. Abrí los ojos y descubrí que la voz procedía de Helen.

-¿Qué tal esta Vest? ¿Que ha ocurrido?- cuando Dean me llamó fui para allá enseguida y ya habían pasado tres horas desde entonces.

-No lo sé Klara, no lo sé.-Helen se sentó a mi lado y se echó a llorar sobre mi hombro.- Estábamos en la discoteca tan tranquilas y –Hizo una pausa para coger aliento.- Vest empezó a vomitar y a convulsionar.-Soltó un llanto y me abrazo.- No se qué ha pasado.- Helen era la mejor amiga de mi hermana y el hecho de que estuviese tan mal es que de verdad estaba preocupada por ella. 

Un medico venia caminando por el pasillo hacia nosotras, nos levantamos antes de que el llegase.

-¿Es usted familiar de la señorita Bellard?- llevaba un informe en la mano y su rostro no demostraba nada de asombro, antes de que el pudiese decirme su diagnostica, supe que no era nada grave.

-Sí, soy su hermana.

-Su hermana ha sido intoxicada a base de un tipo de droga aun no identificada, posiblemente la-No le deje terminar la frase.

-...Droga es un tipo de producto químico que la sangre no detecta.- dije

El medico me observo asombrado. 

-Si esperan unos cuantos minutos más, podrá llevar a su hermana a casa.

Los minutos no pasaban, al principio pensaba que tan solo era que la noción del tiempo no se pasaba. Luego miré el reloj y vi que habían pasado más de dos horas. Me levanté y fui hacia la habitación 115 donde, en teoría, debería estar mi hermana. Abrí la puerta con cuidado y efectivamente, se encontraba pálida y tumbada encima de la cama, no tenía ningún cable conectado ni el suero puesto, fue algo que me alegró.

-Klara, ¿me ayudas a levantarme?- me miró feliz de verme.

-Sí, claro, ¿ya puedes marchar?
 
Me acerqué a su cama y la cogí con cuidado por el brazo.

-Sí, el médico acaba de salir, supongo que fue solo un susto.

Que la hubiesen drogado, sin saber quién y encima no hubiera rastro de ello, no era solo un susto, era algo serio pero preferí no asustarla, así que no dije nada y la acompañé hasta un taxi.

Al llegar a casa fuimos a su habitación. Cogí de nuevo mi pijama, me lo puse y me tumbé en su cama.

-No sé qué ha pasado.- Vest sollozaba sobre mi hombro, nunca la había visto llorar desde que nuestra madre entró en el hospital. Le acaricié el pelo y la intente tranquilizar.

-¿Estabas sola? 

-No.- tomó aire.- Estaba junto a Helen y luego no me acuerdo de nada, solo de abrir los ojos y ver a Dean en el hospital.

-Es cierto.- me quedé pensativa.- ¿Qué hacia Dean allí?

-Helen lo llamó, solo se sabía su móvil y el de Paul, pero al parecer Paul estaba en busca de Tom.- Se frotó la frente en señal de dolor.-  para hablar de… ¡es verdad!- Se levantó y se sentó mirándome.- ¿Qué tal con Tom?

-No me hables de ese, anda.- me reí.- me intento besar o bueno, me besó pero nada.- me reí.-

-Según Dean, él dice que estáis saliendo.

-¿A estas alturas no conoces a Tom? Alardea de todo, pero a mí no me gusta.-

Vest rodó los ojos y se volvió a tumbar en la cama, yo tumbé a su lado a la vez que apagaba la luz. Después de unas cuantas horas dando vueltas a varios pensamientos conseguí conciliar el sueño. Había sido un día demasiado largo para todos.

Mi hermana tuvo que hacer reposo varios días en casa, no me gustaba dejarla sola en aquel estado así que hice penitencia quedándome encerrada junto a ella. A lo largo de aquellos días muchos amigos de ella vinieron a verla, incluidos Paul, Dean y Tom.
 Intenté evitar a Tom todo el tiempo que estuvo en mi casa, y por muy cantoso que fuese, él no notaba que yo huía.

Eran escasamente las 12 del mediodía cuando sonó el timbre. Vest ya se había recuperado y estaba tomando algo con Helen, así que me tocaba a mí abrir la puerta. Me levanté del sofá dejando el periódico a medias de leer encima de la mesa, y fui hacia la puerta.

-¿Vamos a dar una vuelta?-

Era Judith con su gloriosa sonrisa. Acepté sin dudarlo dos veces, la ropa que tenia puesta no era muy elegante pero no tenía nada de malo para salir así que no me cambié. 

Cogimos su coche y fuimos hasta la cafetería donde siempre parábamos, cual sería nuestra sorpresa cuando no vimos a nadie allí ni ninguna luz. Me bajé del coche y me acerque a la puerta. Había un cartel escrito a mano y pegado por dentro.

-“CERRADO POR ASUNTOS PRIVADOS”- Judith leyó el cartel en voz alta.- ¿Qué crees que ha pasado?

-Ni idea pero tengo la sensación de que el tema de Adam tiene que ver en esto.- desde lo ocurrido con Vest no había seguido investigando en aquel caso, la televisión y demás medios de comunicación habían  cesado de dar aquella noticia, por lo que no me acordé de aquel tema. ¿Por qué dejarían de anunciar eso? Pensando bien aquello era muy sospechoso.

Mi amiga se dio  cuenta de mis pensamientos por lo que no se atrevió a interrumpirlos.

-Mejor voy a dar una vuelta.- hice una pausa.- necesito pensar.

No le di tiempo a que me contestara y me fui al parque de enfrente a pasear.

lunes, 27 de agosto de 2012

Cazador de Vampiros

Hace un tiempo se encontró un diario secreto del famoso Abraham Lincoln. En él había escrito unas cuantas notas acerca de unos  no-muertos.

Seth Grahame-Smith escribió un libro sobre una adaptación de este diario, y tiempo más tarde él fue el escritor del guión de una pelicula homónima.
Tim Burton es uno de los productores de esta pelicula que se extrena el próximo día 31 de Agosto, yo estoy leyendo el libro y de momento me encanta.

Os dejo aquí el tráiler de la pelicula y el cartel.




domingo, 26 de agosto de 2012

Ayuda.

Queridos Lectores, mientras escribo los siguientes capitulos, como os he dicho en la entrada anterior, he decidido subir novedades y diversas cosas para que no os aburrais, para ello he decidido recurrir a algunos ayudantes.
Mas adelante ya os contare más sobre ellos, espero que los adoreis tanto como los adoro yo. Ah y si alguno quiere ser mi ayudante, que me lo comunique através del correo venenoparaklara@gmail.com o el tuenti Veneno Para Klara

Noticias variadas.

He decidido añadir a mi blog, algunas noticias variadas mientras subo los capitulos, asi no os aburrireis!

Aqui os van algunas fotos para todos los fans de Harry Potter, y de Los Juegos Del Hambre.





Si os fijais en la imagen superior, es Hedwig con una escoba de Quidditch.


Fuente: http://www.blogjuegosdelhambre.com/

sábado, 25 de agosto de 2012

Sherlock Holmes.

Queridos lectores! algunos me han dicho que suba la foto del poster de Sherlock Holmes
asi que aqui va.

 De paso os subo unas fotos de Watson y de Watson y Sherlock. 
 

 Espero que os gusten. 
Besos. L.M.P.

jueves, 23 de agosto de 2012

Capítulo 4.


Alcé la vista hacia al letrero del restaurante, era verde con letras grandes e iluminadas. Tomé aire y entré sin pensarlo dos veces, no tenía nada que perder, era mi amigo y nada más.
La puerta se cerró haciendo eco de un sonido grave, y dos chicos que estaban uniformados de camareros me miraron.

-Hola.- dije con todo de perdón a causa de aquel ruido.- ¿ha llegado ya Tom Cloudstay? 

Uno de los chicos asintió con la cabeza y me acompañó hasta donde él se encontraba. No era la primera vez que veía a ese chico, si mal no recordaba era amigo de Vest, aun así no me atreví a decirle nada.
El comedor tenía las paredes negras con cenefas naranjas y blancas, iban a juego con el uniforme de los camareros. Las mesas tenían un mantel de tela negro y sobre ellas un jarrón blanco con rosas rojas. Nos acercamos a la mesa de Tom y el camarero se marchó.

-¡Wow! Que lujoso.- dije a la vez que me sentaba, estiré la ropa que tenia puesta y me acerqué con la silla a la mesa.

-No te llevaría a un mal sitio.- Tom era el típico chico tímido pero a la vez ligón por el cual, todas las chicas anda pilladas,  yo nunca lo había visto de otra manera, o eso creía.

Después de una cena perfecta, demasiado perfecta en mi opinión, nos fuimos a su coche. Salimos a la calle y antes de subir al coche una brisa de aire gélido me hizo tiritar. Él lo notó y pasó su brazo por encima de mis hombros haciendo que su chaqueta negra de cuero me tapara un poco.
Subimos al coche sin decir nada, apoyé mi cuerpo hacia atrás en el respaldo y miré a todas partes. Estábamos en un sitio que me sonaba, todo estaba lleno de arboles y no había ningún coche o persona por ahí. Seguimos manteniendo el silencio hasta unos pocos minutos después.

-Tápate los ojos-dijo mirando a la carretera.-quiero que sea una sorpresa.

Me llevé las manos a los ojos y noté como a los pocos minutos el coche paraba. La puerta del conductor se abrió por lo que pude imaginar que ya se había bajado, en eso oí la puerta de mi lado, y una gélida mano rozó mi brazo y me desabrochó el cinturón de seguridad. Me cogió suavemente por la cintura y me bajó  del coche.
Al tocar el suelo, me agarró por la cintura con mucha delicadeza. Tropecé con el suelo pero él me sujetó. 

-Ya.- me apartó las manos de la cara. 

Aquel lugar era tan asombroso, no había ni una sola luz que estorbase, todo estaba oscuro, lo único que se veían eran las millones de estrellas. Miré al suelo, era césped, así que me senté y contemplé el paisaje, era precioso.
Tom se sentó a mi lado y volvió a pasar su brazo sobre mis hombros, apoyé mi cabeza sobre su hombro y cerré los ojos. De nuevo note su tacto frio, esta vez acariciando mis mejillas. No abrí los ojos pero algo me hizo estremecer, el roce de sus labios en mi mejilla. No era la primera vez que me besaba en la mejilla pero algo me decía que esto sería distinto. Sus labios descendieron hasta los míos y tras varios segundos vacilando, me besó. No fue un beso de estos de película donde la chica nota que el mundo gira y todo lo que está ocurriendo en ese instante es como un sueño del que nunca quiere despertar, nunca me había gustado Tom y seguiría siendo así, pero por miedo a perder mi relación amistosa con él, no dije nada. Me quedé inmóvil y él tomó eso como una señal para continuar, se acercó más a mí y siguió besándome mientras se quitaba la chaqueta. En ese instante supe que si no decía nada acabaría todo muy mal.

-No Tom.- pronuncié en sus labios.

-¿Qué pasa?- preguntó mientras se separaba de mí.

-Me encuentro mal, creo que tengo gripe o algo, debería ir a casa.- Era la excusa más cutre pero la única que se me ocurría, tan solo quería marchar de allí.

No dijo nada, lo cual me preocupó, se puso la chaqueta y se levantó. Me tendió una mano para ayudarme a levantarme y fuimos hasta el coche.
Otra vez estuvimos sin decir nada en el coche. Llegamos a casa y me miró.

-Espero que te mejores.- volvió a acariciarme la mejilla apartando un mechón de pelo. Se inclinó hacia delante con las intenciones de volver a besarme, pero me aparté.

-No quiero contagiarte algo.- intenté sonreír mientras decía aquello.

Él se rio y me dio un beso en la mejilla. Bajé del coche y fui hacia casa.

Abrí la puerta y subí rápidamente las escaleras

-¿¡Vest!?- grité a la vez que entraba en mi habitación

No se oyó nada, pero no me preocupé, mi hermana tenía un sueño muy profundo por lo que quizás estuviese ya dormida. Al terminar de ponerme el pijama fui al baño a lavarme los dientes, pasando por la habitación de Vest. Para mi sorpresa no había nadie en su habitación, la cama estaba todavía hecha, por lo que no había pasado por casa, y todo estaba en su sitio, sus zapatillas y su pija estaban allí tendidos sobre la cama, sin una sola rugez.
Cambié mi rumbo y di la vuelta en busca de mi bolso para sacar mi móvil, no tenía ni una llamada ni un mensaje de ella, eso fue lo que más me asusto, Vest siempre me avisaba si iba a llegar más tarde de la cuenta. Así que sin dudarlo, la llamé.

-¿Quién?- respondió al teléfono una voz que no era la de mi hermana.

-¿Está Vest?

-¿Klara? ¿Eres tú?

-Si ¿Quién eres?- la voz me sonaba, era demasiado familiar pero no caí en quien era. Normalmente podría haberlo adivinado sin haber, ni siquiera, llamado pero estaba muy preocupada por si algo le había pasado.

-Soy Dean, estoy en el hospital, tu hermana está ingresada.

El shock en el que entré fue tan increíble que por poco me desmayo, tome aire y decidí no seguir la conversación, colgué el teléfono dejando al pobre chico con la palabra en la boca y fui a mi habitación. Me cambie de nuevo de ropa, no sabía que había ocurrido y si estaba muy grave o no, pero no me apetecía pensar en nada de eso, quería verla ya. Inmediatamente llamé a un taxi para ir hacia allí.

Y que la suerte este siempre de vuestra parte.

Se que adorais los juegos del hambre, no lo podeis negar! asi que venga, os voy a dar un blog de una amiga que tambien le gustan, y escribe una historia basandose en LJDH 

http://yquelasuerteestesiempredevuestraparte.blogspot.com.es/

Esta Genial! merece la pena leerlo!!


miércoles, 22 de agosto de 2012

¡Hola a todos!


Hola gente! Bueno, queria hacer una entrada en la que por fin me pusiera en contacto directamente con vosotros.
Me gustaria daros las gracias por leer mi historia, y espero que el capitulo que mañana subiré os encante!

Tambien me gustaria deciros que si teneis cualquier duda o sugerencia, poneros en contacto conmigo atraves del correo:
Venenoparaklara@gmail.com

O del tuenti:
Veneno para Klara.


Os adoro!
L.M.P. 

domingo, 19 de agosto de 2012

Capítulo 3


Entré en casa dándole vueltas al tema de Blair. Dejé las llaves sobre la mesita de la entrada y fui al salón. 
El suelo del pasillo estaba lleno de ropa, revistas de moda y zapatos, alcé la mirada desde las escaleras hasta la segunda planta. La puerta del cuarto de mi hermana estaba abierta y se oían risas desde allí.

-Vest, Helen, ¿Queréis algo?- dije cambiando mi rumbo y dirigiéndome a la cocina. 

Tardaron un tiempo en responder, lo que me hizo pensar que no me habían oído, pero nada más sentarme en la encimera mientras bebía un vaso de leche, aparecieron ellas riéndose jocosamente.

-Ya le dije a tu hermana que me asusta que adivines todo.-

 Helen era la mejor amiga de mi hermana, su pelo era largo y negros, sus ojos azules claros, en mi opinión de los más bonitos que había visto, y  al igual que su hermana Bea, tenía la piel pálida. Tanto Helen como Bea pasaban mucho tiempo en mi casa, así que no era difícil adivinar que una de ellas estuviese arriba. 

-Mi hermana es así de rarita.- Dijo Vest entre risas. - ¿Dónde has estado? Has tardado más de lo que pensaba.-

 Miré reloj, apenas eran las 5 de la tarde. 

-¿A qué hora pensabas que iba a llegar? –Pregunté sin esperar una respuesta, mi hermana solo quería saber si había estado investigando, me conocía de sobra como para saber que si lo había hecho.- 

Su mirada fue inquietante, quería sacar información, pero yo la evitaba. Estuvimos un rato las tres sin decir nada. Me bajé de la encimera y me fui con el vaso al salón.
Al llegar me senté y encendí la televisión, para mi sorpresa, el tema principal de las noticias era la misteriosa muerte de Adam, aún nadie había hallado quien era, pero algo que realmente me llamó la atención fue la desaparición de Blair.
 Cogí el mando y subí el volumen, en ese momento llegó mi hermana y su amiga, y se sentaron para ver la noticia. Vest le susurró algo a Helen en el oído, si no hubiera estado tan atenta a la noticia posiblemente lo oiría. 
 
Blair Cooper había desaparecido ayer, me extrañé aun mas por eso, hacia nada había estado en su casa y no me habían dicho nada, cada vez todo era más raro.

-¿Quién es Blair? – Preguntó Vest.

-Su ex novia, la chica que trabajaba en el café donde siempre paramos Judith, su hermana.- dije mirando a Helen.- y yo. 

Vest se levantó y abrió la caja que hoy por la mañana yo misma había cerrado para no tener tentaciones, sacó el periódico y me lo dio.
Sonreí ante aquello, por primera vez en varios años, mi hermana quería que yo siguiese con un caso. Tenía algo claro, lo descubriese o no, por lo menos lo había intentado. 

-Fui hoy a su casa, no estaba, una señora me dijo eso, pero no sabía nada de que estaba desaparecida.- Me quede pensativa.- también vi a un coche de la policía en su casa.

Nadie dijo nada más, estábamos las tres pensando acerca del tema cuando sonó el timbre. Miré el reloj  y luego a Helen.

-Será tu hermana.-  Antes de decirlo, Vest ya se había levantado para abrir la puerta.

Helen se quedo esperando a oír algo que indicase que era Bea. Al cabo de unos cuantos segundos, se oyeron voces, eran tres diferentes voces.  El tono alegre era de Yeich, el uso de vocabulario adolescente delataba a mi hermana y la voz suave y tranquila era, como yo había dicho, la de Bea.
Helen me miró al oírla, y se empezó a reír. Yo, por mi parte, tan solo sonreí  satisfecha de mi misma ante aquello.
No hizo falta que llegaran a la puerta del salón, ya nos habíamos levantado del sofá y salido al pasillo a buscarlas. Vest se quedo con Helen en la cocina y yo subí con las otras dos a mi habitación.

-Tu hermana ¿Nunca va a recoger esto? - Inquirió Bea.

-Es un caso perdido.- me reí a la vez que lo decía. 

Abrí la puerta de la habitación, y me senté en un pequeño sofá que había cerca de la ventana. Yeich se tumbó en la cama y colocó un cojín en su cabeza, a continuación, Bea se sentó a su lado.

-Venga, venga, cuenta.- dijo Bea ansiosamente.- ¿Qué sabes del “caso Adam”? –estas dos últimas palabras las dijo recalcándolas con un tono de misterio, no sabía muy bien si el tono iba en serio o simplemente se estaba mofando de ello. 

-Blair, su ex novia, está desaparecida desde ayer.

-Pero hoy no te dijeron eso.- Yeich no había dejado tiempo para acabar la frase cuando dijo esto, no era una pregunta, era una afirmación. Por el rostro que mostraba, a ella también le extrañaba la noticia esta.- Que raro es todo.

Decidí no darle más vueltas al tema, así que hablamos de otra cosa. Algo muy común en nosotras era hablar de chicos y  para no variar, hoy también lo hicimos. Primero empezamos con el novio de Yeich y luego con un chico nuevo que iba con Bea a clase de Literatura. Nunca habíamos oído hablar de él, según ella había descrito su pelo era rubio claro, con ojos verdes y grandes y con una sonrisa ladeada.
Tras más de media hora cotilleando sobre este misterioso chico, decidimos ir a dar un paseo. Cambié mi ropa sustituyendo la camiseta de nirvana por una lisa de color azul claro y nos fuimos. 
Nos subimos en el coche de Yeich y fuimos a dar un paseo por el centro comercial. Allí estaban  sentados en un banco, Dean, Paul y Tom, eran nuestros mejores amigos, y aunque ya no quedásemos tanto, seguíamos teniendo confianza entre nosotros. 

Nos acercamos a ellos y nos sentamos en el banco de enfrente para hablar con ellos. Estaban alegres por la victoria de su equipo de futbol americano. 

La verdad es que nunca había sentido pasión por ese deporte pero hasta los cinco años, siempre había ido con mi madre a ver los partidos de Tom, ambas madres  se llevaban muy bien y Tom y yo éramos muy amigos a pesar de los años de diferencia. 
Tom era alto, moreno y de ojos claros, sus rasgos faciales eran muy sencillos y mostraban un rostro algo delicado. El pelo no lo tenía largo y frecuentaba el uso de gomina para dejarlo de punta. Era un chico tímido, pero cuando cogía confianza era muy atrevido. Tenía 23 años recién cumplidos, y hacia un mes que, por fin, se había sacado el carnet de conducir, así que ahora su medio de transporte era el viejo Chevy de su padre.
Dean y Paul eran primos, Paul era de mi edad, y Dean de la de Tom. Ambos eran castaños y con el pelo rizoso no muy largo. Los ojos verdes de Paul estaban escondidos por unas gafas mientras que los de Dean eran negros y no llevaba gafas. Tenían una personalidad completamente diferente, Dean era tranquilo y Paul siempre estaba haciendo algo, si me mandasen hacerle un test medico, le hubiese diagnosticado hiperactividad. 

Me levanté y me senté en un pequeño hueco al lado de Tom, todos me miraron.

-¿Qué sabes de Adam Debay? – dije en tono bajo.

Echó su cuerpo hacia atrás mientras apoyaba su espalda en el respaldo del banco. No dijo nada, se limitó a alzar los hombros.

-Era de aquí, pero hace un tiempo se fue a vivir a Nueva York, iba y venía cada poco.- Para variar, Dean tenía la respuesta.- Su novia, o su viuda, o… ¿Cómo se llama la chica a la que se le ha muerto el novio?... bueno, da igual, esa chica vive en Nueva York, se llama…- Hizo una pausa para buscar algo en su móvil.- Sarah Clark.- al parecer, lo que buscaba era su nombre.

Me paso su móvil que se encontraba con el perfil de Facebook de Adam en la pantalla, en relaciones ponía el nombre de la chica, pinché en el perfil de ella. Una chica Rubia de pelo largo y ojos saltones apareció en la pantalla, en la foto aparecía con un chico, le devolví el móvil a Dean.

-¿Es Adam? - Pregunté refiriéndome al chico de la foto.

Tanto Dean, como Tom miraron el móvil.

-No, ese es Julio, es de España, lleva aquí un año.- La respuesta esta vez fue de Tom.- creo que vive en su casa… como una especie de intercambio.

Me extrañó muchísimo eso, en la foto ella salía abrazándole y dándole un beso en la mejilla, si ella tenía novio, esas fotos no son las típicas que se ponen de perfil. 
 
Estaba pensativa cuando noté el brazo de Tom pasar por mis hombros. Miré su mano que estaba apoyada en mi clavícula, no me hacía daño pero me incomodaba.

-¿Qué haces hoy de noche?- Preguntó este con una sonrisa en la cara

-Cenar, dormir… cosas que se hacen normalmente.- le devolví la sonrisa con un poco de ironía.
-Error, hoy cenas conmigo, te viene bien despejar.

Miré a Yeich que estaba sonriendo y luego a Bea, la cual se reía.

-De acuerdo.- asentí sin saber de qué iba todo aquello.

-Pues a las diez en el restaurante de donde tú casa.

Me levanté del banco y me acerque a ella, las cogí de un brazo a cada una en señal de que se levantaran. 

-Vamos a dar una vuelta, anda.- les dije para romper la tensión que había

Nos marchamos de aquel lugar, dejando a los tres chicos sin nada que decir. Pasamos por unas cuantas tiendas mirando escaparates y comprando ropa.
Eran casi las diez menos cuarto cuando miré el reloj, así que les metí prisa para llegar allí a tiempo.
No tenía mucho interés en aquella especie de cita, en la que me habían metido entre todos, pero tampoco me gustaba llegar tarde.

sábado, 18 de agosto de 2012

Capítulo 2


¿Alguna vez os habéis preguntado por qué la gente usa tanto el coche en las grandes ciudades? Yo también, y aun no he conseguido hallar la respuesta. Supongo que será a causa de que les cansa pedalear o caminar grandes distancias. Aunque también podrían coger el transporte público, no cansa y es bueno para todos.  El tema ecológico es algo que a la gente le interesa mucho pero no hacen nada al respeto. Por más que se intente, siempre acaban moviendo en coche y eso causa el gran tráfico que me estresa tanto todas las mañanas.

Observé los coches circulando a gran velocidad a mí alrededor. Ir por la acera con una bicicleta era peligroso tanto para los peatones como para mí misma, pero por propia experiencia sabia que eso era mucho más seguro que circular por la carretera con una bicicleta.

Frené la bicicleta al llegar a un parque. Me bajé con sumo cuidado y la candé como otros muchos, a una valla que bordeaba aquel tranquilo y verde sitio. Salí de allí en dirección a una cafetería que se encontraba justamente en frente, donde había quedado con mi mejor amiga. Miré el semáforo que se encontraba en rojo para los peatones, pero los coches tampoco avanzaban a causa del tráfico. 

El semáforo cambió de color  en cuestión de segundos, los coches seguían parados así que tuve que esquivarlos para poder llegar a la otra acera.

En la terraza de la cafetería había unas cinco mesas negras con unas sillas de estilo vintage blancas, tan solo una mesa estaba ocupada por una señora de avanzada edad, leía tranquilamente el periódico mientras tomaba un café acompañado por una magdalena. Miré el reloj justo después de ver un cartel con la oferta de desayuno que, posiblemente, esa señora hubiera elegido para degustar.

Entré en la cafetería, el estilo vintage que se apreciaba en el exterior también lo tenía dentro. Al final del lugar había una chica sentada de espaldas hacia mí, en una mesa mirando su móvil, sin duda era ella.

Me acerqué más a ella y me senté en la silla de al lado.

-¡Klara! No te vi llegar.- dijo en un tono suave mientras con su mano izquierda hacia un gesto a la camarera para que viniese.

La miré y sonreí. Llevaba como siempre el pelo planchado, sus mechones castaños caían en cascada sobre sus hombros, tenía la sonrisa de siempre y los ojos igual de brillantes que de costumbre. Conocía desde hacia muchísimos años a Yeich, bueno, a Judith. Hacía apenas unos meses que la había apodado de forma cariñosa Yeich, y ya todos la llamaban así.  

La camarera se acerco con una sonrisa en la cara. Era la primera vez que la veía, normalmente estaba otra. El pelo de esta chica era rubio y largo mientras que el de la otra era pelirrojo y corto. Los ojos de esta chica estaban cubiertos por unas gafas de estilo Buddy Holly y era más joven que la anterior.

-¿Qué deseaban?- Su tono era cortes y amable. La sonreí automáticamente como gesto de educación.

-Dos coca-colas.- Dije mirando a mi amiga por si acaso ella no quería eso. Ella asintió con la cabeza y le entregó la carta que se encontraba inerte, y sin haber servido para nada, sobre la mesa.

La chica volvió a detrás del mostrador con la mirada un poco desilusionada a causa de la poca gente que había. 

-¿Cómo es que no hay nadie por aquí?- Pregunté a Yeich extrañada. Esa cafetería no solía estar tan vacía, normalmente era imposible sentarse de la cantidad de gente que había en ella.

-Es por lo del chico, el asesinado- Tenía casi olvidada esa noticia cuando, como mi hermana decía “metieron el dedo en la llaga”. Intente evitar la curiosidad que me invadía, pero fue imposible, quería saber la relación entre todo esto y el misterioso asesinato del chico.- Al parecer la anterior novia de él era la chica que trabajaba aquí. Esta no, la anterior, la pelirroja.

Me quede pensando un rato en que tenía que ver eso con la ausencia de gente.  La chica nueva se acercaba con una bandeja en la mano en la cual se encontraba nuestro pedido. Venía cantando alegremente “Call me, maybe” que sonaba por la radio. Dejo sobre la mesa, las dos coca-colas, dos vasos con unos cuantos cubitos de hielo y la cuenta.

-¿Y por qué no viene la gente? – Inquirí tras estar un tiempo pensando en la relación entre la falta de gente y  la chica.

-La chica desapareció hoy por la mañana.- Echó parte del refresco en el vaso con cuidado y le dio un sorbo.- Se ha ido de la ciudad, no quiere saber nada de todo. – Se acercó a mi y me dijo en un susurro.- Brad, me ha dicho que ella pudo haber sido la culpable.

Brad era el novio de Yeich, se habían conocido en el cuarto de año de instituto y  desde entonces eran inseparables. Él no se parecía mucho a ella, era alto, moreno y de personalidad atrevida, pero como dicen, los polos opuestos se atraen. Su personalidad le ayudaba a conocer a muchísima gente, entre ellos, por lo que me di cuenta al oírla hablar, había conocido a la ex novia de Adam.

-Conocía a la chica.- No era una pregunta, si no una afirmación. Esperé a ver la reacción de Yeich antes de volver a hablar. Ella asintió con la cabeza, lo cual provoco una satisfacción propia para mi misma.- Y ¿Conocía a Adam?

Ella meditó durante un rato. Le deje tiempo para que lo pensase, cogí mi vaso y tome un sorbo, luego miré la cuenta y antes de apreciar el precio total, volvió a hablar.

-Creo que sí, pero solo por que que Adam y ella salían.

Mientras me contestaba, sacaba el dinero para pagar todo.

-Ya lo pago yo, tranquila.- La mire sonriente.- pero me tienes que hacer un favor.

Yeich ya supo lo que era sin yo decir nada, y sonrió mientras mandaba un mensaje con su móvil. Por su mirada pude adivinar que era para Brad pidiéndole información sobre la chica.

-¿Qué opina Vest?- dijo cerrando la tapa el móvil y dejándolo sobre la mesa.

-Lo de siempre.- no dije mas, no hacía falta. Sabía que mi hermana adoraba los misterios pero odiaba que yo fuera tan “cotilla”. 

Por el otro lado, Yeich se apasionaba rápidamente con todos los misterios. Era como mi espía, sus relaciones amorosas del pasado, sus amigos y su familia habían hecho que yo consiguiera información muy importante en otros casos, y creo que esta vez sería igual. 

Tenía la misma edad que yo. A los 21 años cualquier persona se asustaría si su mejor amiga le dice que va a descubrir a un asesino, ella se emocionaba, por eso me caía bien. Mi hermana dos años menor que yo, no era nada responsable pero intentaba aparentarlo conmigo así que me frenaba un poco.

Su móvil vibro a la vez que el tono de la canción de “Poker Face” indicaba la llegada de un mensaje.

-Blair Cooper-me pasó su móvil mientras lo decía.

Cogí una servilleta de encima de la mesa y con un bolígrafo que encontré en mi bolso escribí lo siguiente mientras se lo leía en voz alta.

-Blair Cooper, estudiante de medicina, dejó a Adam hace unos cuantos meses.- Me paré a leerlo detenidamente. Después de todo un párrafo amoroso dedicado a Yeich, Brad había escrito algo que me ayudaba muchísimo, la dirección de la casa de la chica.

-¿Dice algo más sobre ella? –inquirió Yeich al ver que había parado de hablar y de escribir

-Sí, pone su dirección, pero no me suena esta calle.- Le devolví el móvil con la intención de que ella si conociese ese sitio.

-Está en las afueras, se donde queda.- Sintió una satisfacción en si misma, o eso por lo menos era lo que su sonrisa mostraba.- ¿Quieres que vayamos?

No respondí, recogí todo lo que había sacado metiéndolo de nuevo en el bolso, puse la cuerda del bolso en mi hombro y me levanté. Yeich me siguió hasta la puerta, saco del pantalón la llave de su coche y me miró. 

-¿Entra la bicicleta en el maletero? –Pregunté.

-Vete a por ella y lo miramos.

El semáforo estaba en verde, así que en una carrera fui a por ella. La estaba terminando de quitar el candado cuando escuché a un chico hablar a gritos.

-¡Cuidado! ¡Apártate! – un chico que montaba en bicicleta iba descontrolado.

Me quedé quieta haciendo caso omiso de él iba a estrellarse contra mi cuando paré la rueda delantera de la bicicleta con mi pie. El chico se quedó asustado pensando que iba a ser peor. Sonreí amablemente y me separé para sacar mi bicicleta.

-Gracias.- Fue lo único que se limito a decir.

Volví a sonreír y fui a donde estaba el coche de Yeich. Estaba sentada en el asiento del conductor mientras miraba su móvil.  Le piqué en el cristal, y sin salir del coche, abrió el maletero. 

La bicicleta entraba de sobra, así que después de meterla, cerré el maletero con un portazo. Me subí en el asiento del copiloto y baje la ventanilla.

-Hace un calor asqueroso- dije mirando  por la ventanilla. No me gustaba el sol ni el calor, me iba más la lluvia y el frio, igual era rara pero no me gustaba ese tiempo.

Arrancó el coche y puso un CD. Intentamos salir del centro urbano, algo imposible a esa hora, el tráfico seguía siendo enorme, y las caravanas de coches eran larguísimas. Después de una hora pudimos llegar al extrarradio, fuimos mirando las calles y las casas mientras de fondo sonaban los Beatles.

No había nadie paseando por ese sitio, era todo muy raro. Seguimos avanzando hasta que vimos otro coche, era de la policía. Baje la música y nos acercamos lentamente al coche, pero este ya se estaba marchando. Miré la casa.

-Es la de ella.- dije recordando la dirección.- Espera aquí.

Bajé del coche y fui a la puerta, era un adosado antiguo con una puerta de madera que por los arañazos en la parte inferior daban a entender que tenían un gato. Toqué al timbre, y una señora se asomo a la ventana que había al lado de la puerta. Me miró y me sonrió, cerró la ventana y en pocos segundos había abierto la puerta. A sus pies estaba un gato que certificaba mis sospechas.

-Hola, me llamo Klara.- Sonreí amablemente.- Quería hablar con Blair, ¿se encuentra aquí?

La mujer dudó durante unos segundos antes de responder

-¿Eres amiga de ella? –preguntó en tono serio.

-Yo no, pero un amigo mío me ha pedido que le diga una cosa –sonreí y añadí.- Brad, igual le suena.
La mujer no dijo nada, me miró y luego al coche de Yeich, esta le saludo amablemente con la mano.
-No se encuentra en este momento aquí, pero en cuanto llegue le diré que has venido.

Saqué de mi bolso una libreta que como costumbre siempre llevaba, y con un bolígrafo apunte mi número. 

-Dígale que me llame, por favor.- dije mientras le daba el papel en el que estaba mi número. Di media vuelta y me dispuse a marchar.

-¡Señorita!- me gire al oír a la señora hablar.- Blair es una buena chica, le puedo decir que ella no tiene nada que ver con lo del chico ese.

-¿Qué quiere decir?

-La gente está hablando mal de ella pero sé de sobra que ella no ha sido.

Sonreí sin preguntar nada, aquella mujer no me iba a ayudar, y tampoco me aportaría nada nuevo, al verle la ropa me di cuenta que posiblemente trabajase en esa casa pero cuando no me respondió a si Brad le sonaba o  no, era que no tenía mucho contacto con el mundo de Blair. Volví a dar la vuelta y me subí en el coche. Me puse el cinturón y marchamos.

-¿Qué has descubierto?- dijo Yeich interesada cada vez más en el tema

-Nada, que no estaba en casa… 

No volvimos a hablar de ese tema en todo el viaje, no había que darle tampoco muchas vueltas. Yeich me dejo en frente de mi casa, bajamos las dos de aquel Ford y sacamos la bicicleta. 

Después de decirle varias veces que se quedase a comer y ella negarse, marchó hacia su casa y yo entre en la mía.