Desperté sin
motivo aparente, supongo que sería el horroroso calor que hacía. Gire en la
cama y volví a cerrar los ojos intentando dormir.
El silencio que
recorría toda la casa se rompió al abrirse la puerta principal. Dirigí la
mirada hacia la mesita, donde se encontrar aquel reloj tan retro de color verde
chillón que hacía años me había regalado mi padre, eran las doce y media del
medio día. Escuché atentamente, solo se oían unos pequeños pasos ligeros. Me
levanté con un salto de la cama, abrí la puerta y me encaminé a bajar.
-
-Vest
¿Trajiste el periódico? – pregunté a la vez que intentaba mantener el
equilibrio en aquellas escaleras, que como siempre, estaban llenas de libros y
demás objetos de mi hermana.
-
-Está
en el salón – gritó ella desde la cocina.
Mi hermana
siempre había sido un gran apoyo para mí, a pesar de ser más pequeña que yo me
ayudaba a mantenerme en la tierra. Hacia unos tres años que vivíamos juntas,
era la única manera que teníamos de pagar una casa en Washington DC.
Yo no era una
persona muy sociable, desde los 5 años que fue cuando mi madre murió, me di
cuenta de que nadie te va a ayudar, una
persona se ha de valer por sí misma para sobrevivir.
Por el lado contrario, mi hermana tenía más de
500 amigos en facebook, aproximadamente 2000 seguidores en twitter y unos 300
contactos en Whatsapp. Como se podía ver claramente ella se apoyaba en la gente
mientras yo prefería estar apoyada en mi misma.
Fui hacia el
salón y allí, delante del gran ventanal que iluminaba la sala, encima del
psicodélico sofá que un día mi hermana se empeño en comprar en un mercadillo de
segunda mano, estaba el periódico. Volví a la cocina donde mi hermana estaba
buscando por todos los cajones y armarios algo con urgencia.
-
-¿Camomila?
–Abrí un armario y saqué unas tiritas
-
-No,
tiritas –miró mi mano y cogió la caja – ¡ah! Gracias
-
Me
refería a tu pelo – Vest tenía el pelo un poco mas claro que el mío. Siempre
lucia su melena en una trenza que todas las mañanas tardaba más de veinte
minutos en prepararse, esto era otra cosa que realmente me estresaba de ella,
intentaba ir perfecta a todas partes y para eso se volvía loca durante la hora
previa a su salida. El hecho de que llevase una trenza no era más que para
disimular esos rizos que tenía.
- -¿Adivinaste
lo que buscaba y no lo de mi pelo?
- -Dejaste
los zapatos nuevos en la entrada, pisabas con cuidado y buscabas algo ansiosamente
por aquí –Cogí del plato de encima de la mesa, una manzana –Por el contrario no
entiendo de peluquería –Mordí la manzana mientras me reía.
Me senté en una
silla a observar el periódico. Leía las cabeceras sin ningún interés, todas
eran absurdas o inútiles para mí, pero de repente, una me llamo la atención.
Dejé la manzana
en la mesa y leí atentamente la noticia. Tras terminar con ella me levante
corriendo y subí a la sala de estar que se encontraba en el segundo piso. Como
el resto de la casa por donde mi hermana solía encontrarse, no había nada
colocado, busqué bajo unos cuantos cojines encima del viejo sofá. Luego levante
todos los papeles de encima de la mesa y ahí estaba.
- -
“Misterioso
asesinato” – Dijo Vest a gritos –ni se te ocurra involucrarme en esto.
-
-Quieres
involucrarte y lo sabes –bajé de nuevo las escaleras con mi portátil en una
mano - ¿vas a recoger alguna vez tus cosas?
Se limitó a
mirarme y luego siguió leyendo la noticia, poco a poco su rostro mostraba más
interés ante lo que traía aquel artículo, aunque ella lo negase, quería
investigar sobre aquello pero su orgullo no le permitía reconocerlo.
Abrí el portátil y lo encendí, me disponía a
teclear en el buscador cuando Vest cerró mi ordenador de repente.
-
-Klara
Bellard esto no es un simple robo de carteras o de mascotas, esto es un
asesinato y no es tú… nuestro
problema.
Estuve un tiempo
pensando, pocas veces mi hermana me llamaba por mi nombre y mi apellido
completo, solo lo hacía cuando estaba enfadada y por lo que sus palabras
indicaban lo estaba en aquel momento.
- -
Sé
que no te gustan estos temas pero tan solo quiero saber algo de ese pobre
chaval –miré el articulo – “Adam Debay”
A ella nunca le
había gustado que yo investigase, pero por desgracias naturales, me apasionaban
los misterios. Se dio cuenta de que era imposible resistirme y quitó la mano de
la tapa del portátil, lo abrí y tecle el nombre.
- -Interesante…
“Alumnos con prestigio. El ex alumno Adam Debay que actualmente reside en New
York City, vive << alegre y
satisfecho >> como él ha dicho al periódico estatal, disfrutando de un brillante trabajo de abogado
en la gran manzana…”
Cogí otra vez el
periódico a la vez que sacaba de un cajón de la mesa un subrayador fosforito
desgastado, y empecé a marcar una serie de frases.
- -Según
esto, Adam vivía aquí.
Vest me miró con
desaprobación, conocía de sobra esa mirada, era la que siempre que se me ocurría
alguna locura, me ponía. Sinceramente esta vez no creía que fuese una locura,
un asesinato no es una locura. Aquel joven había sido asesinado y no se sabía
ni las causas ni el culpable. La mire de nuevo, seguía mirándome fijamente con
aquella cara, igual ella tenía razón, no era asunto mío todo esto, así que tras
un suspiro me levante e la silla, salí de la cocina y dejé aquel periódico en
una caja del salón que, mi hermana se había encargado de etiquetar como “Veneno
para Klara”
Tras dejarlo miré
por el ventanal del salón, me paré a pensar en todo lo que había vivido. Nunca
me había gustado que me reprimiesen, era una persona muy liberal y normalmente
hacia lo que me daba la gana, pero cuando mi hermana me prohibía una cosa,
sabía que era por mi bien, así que frecuentemente le hacía caso.
Subí a mi
habitación, al contrario que mi fiel compañera de vivienda, a mi me gustaba
tener todo ordenado y mi habitación era una prueba de ello. Cada cosa estaba en
su lugar. Las paredes eran de un color morado pero que apenas se percibía por
la cantidad de fotos, cuadros y posters que colgaban de ella. Sin duda, lo que más
se veía al entrar en la habitación era un poster de Robert Downey Jr. dando vida
a Sherlock Holmes, mi ídolo. Desde muy pequeña mi padre me empezó a comprar todas las novelas de ese increíble
detective, las cuales, ordenadas, aun se conservaban en mis estanterías.
Abrí el
armario y saque lo primero que encontré,
como ya he dicho, difiero en cosas con mi hermana y una de ellas es que yo no
me suelo arreglar, no me gusta ir a la moda, es mas no me gusta el estilo que
actualmente la gente lleva, ¿colores chillones? No, lo siento, eso no es lo mío.
Me puse unos pantalones vaqueros desgastados y una camiseta de tirantes dos
tallas más grande que la mía, con un estampado que reflejaba mi amor por
Nirvana.
lo lei hace tiempo pero no te puse comentario ahora te lo pongo...
ResponderEliminarcomo eres tan jodidamente perfecta escribiendo.
Cada de talle uff y el ultimo parrafo es ADFASGFGAA jaja me encanta la ultima frase xD
te adoro *-* yo tambien muero con las cosas que escribes *-*
EliminarDIOS ME ENCANTA ! SIGUE ESCRIBIENDO !
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